Fallece Federico Mayor Zaragoza, referente de la educación y la ciencia en España

Federico Mayor Zaragoza, una de las figuras más emblemáticas de la educación y la cultura en España, ha fallecido a la edad de 90 años, dejando un legado que perdurará en el tiempo. Su muerte, confirmada por el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha conmocionado a muchos, quienes lo recuerdan no solo como un político destacado, sino también como un académico y un defensor de la ciencia y la educación en el país. Nacido en Barcelona en 1934, Mayor Zaragoza tuvo una trayectoria académica impresionante que lo llevó a obtener un doctorado en Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid. Su carrera en la academia despegó cuando fue nombrado rector de la Universidad de Granada de 1968 a 1972, donde impulsó una serie de reformas que modernizaron la institución y la convirtieron en un referente en el ámbito educativo español. Su visión de la educación como motor de progreso social fue un pilar de su gestión. Mayor Zaragoza también se destacó en el ámbito de la investigación científica. Su papel como vicepresidente y, posteriormente, presidente en funciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) fue crucial para el desarrollo de la ciencia en España. Su impulso a la creación del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), una de las instituciones más importantes de investigación en biología molecular, es un testimonio de su compromiso con la ciencia y la innovación. En el ámbito político, Mayor Zaragoza tuvo una carrera igualmente notable. Se desempeñó como subsecretario de Educación y Ciencia durante el gobierno de Carlos Arias Navarro en la dictadura franquista, una posición que le permitió influir en las políticas educativas del país en un momento crucial de su historia. Tras la transición democrática, fue elegido como diputado en el Parlamento de España por la Unión de Centro Democrático (UCD) durante las primeras elecciones democráticas, y más tarde se convirtió en diputado en el Parlamento Europeo por el Centro Democrático y Social (CDS). Su compromiso con la educación y la ciencia se vio también reflejado en su labor como director general de la UNESCO entre 1987 y 1999. Durante su tiempo en esta organización internacional, Mayor Zaragoza abogó por la educación como un derecho fundamental y trabajó en iniciativas que promovieron el acceso a la educación en todo el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo. Su legado en la UNESCO es recordado por su enfoque humanista y su dedicación a la paz y el desarrollo sostenible. La noticia de su fallecimiento ha sido recibida con gran tristeza en el ámbito académico y político. Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, destacó en su mensaje en redes sociales la importancia del trabajo de Mayor Zaragoza en la promoción del cribado neonatal en España, un avance que ha salvado numerosas vidas y que muestra el impacto de su labor en la salud pública. Este reconocimiento resalta el carácter multidimensional de su carrera, que abarcó tanto la educación como la salud, siempre con un enfoque en el bienestar de la sociedad. La muerte de Federico Mayor Zaragoza no solo deja un vacío en la política y la academia, sino que también nos recuerda la importancia de su legado. En un momento en que el debate sobre la educación y la ciencia está más presente que nunca, su visión sobre la necesidad de invertir en estos sectores cobra una relevancia especial. Su vida fue un ejemplo de cómo el conocimiento y la política pueden unirse para generar un cambio significativo en la sociedad. Es fundamental que las futuras generaciones de políticos y académicos se inspiren en su ejemplo y continúen su lucha por una educación de calidad y una ciencia accesible para todos. En un mundo donde los desafíos globales son cada vez más complejos, la labor de figuras como Mayor Zaragoza se vuelve esencial para construir un futuro más justo y sostenible. El legado de Federico Mayor Zaragoza perdurará en las instituciones que ayudó a construir y en las políticas que fomentó. Su visión de un mundo más educado y equitativo seguirá inspirando a quienes creen en el poder transformador del conocimiento. Su memoria vivirá en cada paso que se dé hacia un sistema educativo más inclusivo y en cada avance en la ciencia que beneficie a la humanidad.